Para hablar con exactitud de este tema debemos
referirnos a la teoría de la tectónica de placas. Un estudio que explica la constitución
de la litosfera a base de placas sin olvidarse de la dinámica terrestre. Es
importante saber que estas grandes porciones de masa se desplazan unas respecto
a otras y en todas las direcciones a una velocidad de 2,5 centímetros al año.
Una actividad continua que puede generar movimientos sísmicos de diferentes
rangos.
La formación de las placas tiene que ver con las
corrientes del interior del manto, un lugar en el que se generó la litosfera
hace millones de años. Pero hay que recordar que esta capa tiene otras muchas
por debajo que se encuentran en movimiento, por ello la constante actividad de
las mismas se enmarca como un ciclo sin fin. Este incesante vaivén sobre el que
se sitúan las placas recibe el nombre de astenosfera, siendo la causa del movimiento
de las mismas las corrientes que se producen en su interior.